«El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males» – Leonard Cohen
La Filmoteca de Catalunya, dentro del programa dedicado al cineasta sueco Victor Sjöström, nos propone el drama «Karin Ingmarsdotter».
Cuenta la historia de Karin, una joven e la hija de Ingmar el Viejo, un agricultor de profesión. La familia la acaba por componer Lill, hermano menor de Karin e hijo de Ingmar.
Un joven tendero de la zona llamado Halvor, se interesa por Karin como esposa y se presenta ante Ingmar para pedir su mano, pero parece que Halvor tiene un pasado genealógico poco recomendable, el progenitor de Karin considera que puede que el tendero lleve en sus venas la reputación de un padre alcohólico, y no querría eso para su hija. Pero pese a eso, ve que es un buen tipo y accede a ello.
Dias mas tarde vemos como Karin e Halvor van juntos a la ciudad de Falun a comprar los últimos detalles y los anillos. Mientras ella se va a la habitación del hotel donde estaban alojados y anda recogiendo todo, él dice ir a hacer un último recado. Por el camino se cruzará con Eljas y su padre que lo invitan conscientemente a beber. Él de primeras lo rechaza, pero finalmente cae en su juego.
Karin lo espera pero no llega, finalmente regresa al hogar, mientras que Halvor aparece tirado y borracho en una cuneta.
Cuando ve ese panorama, Karin decide claramente anular el enlace Halvor y Ingmar ratifica el hecho comunicándoselo a Halvor que avergonzado y arrepentido, acepta la desdicha.
Ante la no celebración parece en acción Elja, un tipo aparentemente normal pero que en el fondo engatuso a Halvor cuando lo llevó a la borrachera y todas sus consecuencias. Finalmente Elja se casa con Karin y se va a vivir con la familia.
En otra escena vemos como Ingmar salva a tres niñas en mitad del río donde una fuerte corriente arrastra multitud de troncos. Allí uno de esos troncos, después de salvar a las chicas, el padre es golpeado de muerte y muere después de que vea a Lill en la orilla y le entregue su reloj de bolsillo roto por el impacto.
Muerto el padre, Elja se convierte en el hombre de la casa. Ahora hace lo que quiere y empieza a ir a fiestas a escondidas y a beber a mansalva. Karin y su hermano empiezan a sentirse incomodos en su propio hogar.
La gota que colma el vaso es cuando en una de sus salidas clandestinas, Elja se lleva engañado a Lill y lo acaba emborrachando. Cuando se entera Karin, decide proteger a su hermano y llevarlo a casa de un vecino para que lo cuide fuera de ese entorno tóxico que es estar con Elja.
Lill cuando se recupera, decide acercarse a Halvor, al cual le entrega el reloj roto de su padre ya que este en la orilla, antes de morir, le dijo que era para él a modo de pedirle disculpas por apartarlo de la felicidad de Karin por una estúpida interpretación de su descendencia.
Orgulloso el tendero, le muestra el reloj a sus clientes, hasta que aparece Elja que trata de robarle el reloj, con la mala fortuna de caer de espaldas y quedarse postrado en cama para siempre.
Los primeros meses para Karin será una pesadilla, Elja no para de pedir alcohol, pero ella no le proporciona ni una gota de licor por prescripción médica.
Halvor, que ve como sufre su amada, le ofrece la opción de llevárselo a la tienda y cuidar él de Elja. En este momento Karin ve lo mucho que Halvor la quiere. Ella accede, los meses pasan, y un viejo amigo de Elja acaba por visitarlo y darle aquello que no debería darle pero que acaba por ser la liberación de Karin; una botella de licor que lo manda al otro barrio.
Ahora Karin se queda viuda y pretendientes acaudalados se amontonan en casa de esta. Halvor se percata y decide aparecer de nuevo en acción. Una Karin pensativa decide tomar la mano de Halvor y dejarse llevar por la bondad que ve en él y lo le dice el espíritu, que se manifiesta, de su estimado padre. Por fin los vemos sonreír, incluido al joven Lill.
Un film con una trama tremendamente estructurada, de una calidad argumental excepcional, con un elenco increíble y con unos giros de guion constantes hasta dar con la tecla para llevarnos a lo que se define muchas veces como destino, lo que tenga que ser para uno se dice que llega tarde o temprano.
Añadir que la cinta se amenizó con la musicalidad del pianista Jorge Gil Zulueta. Por último comentar que el film se divide en cinco capítulos y es la segunda parte de la adaptación de la novela «Jerusalén» de Selma Lagerlöf.
Escrito por Rodolfo Monserrat
Celuloide con alma 