«Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante» – Agatha Christie.
En el inicio del festival de cine Taiwanes que se ha presentado en los Cinemes Girona, se ha proyectado el drama «A journay in spring» de los directores Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang.
Cuenta la historia de Khim-Hok y su esposa que viven a las afueras de Taipei. Hasta el momento era un matrimonio unido a la vez que confrontado en el día a día. Las peleas verbales eran constantes, pero en el fondo se querían y Khim-Hok tiene una gran dependencia de su esposa ya que él desde que tuvo un accidente en su trabajo anda cojo de un pie.
Un día ella empieza a encontrarse mal, y lo que parece un simple mareo mientras suben la compra por las escaleras hasta llegar a lo alto de la colina donde viven, acaba siendo la muerte de ella. En esa lejanía se demuestra que la familia es de clase humilde trabajadora, pues no viven en la gran urbe, de igual modo que vemos una cascada, la inicio y fin de la película, en un paraje natural típico de vivir alejado de la civilización.
A partir de ese momento, debe afrontar su repentina muerte. Buscará la paz interior a raíz de la idea de poner su cuerpo en un viejo congelador vertical y proseguir la vida como si ella no se hubiera marchado.
El matrimonio tuvo un hijo, un vástago que se casó hace años con una mujer y no ha vuelto por el lugar a verlos. Ahora parece que desea visitarlos y no viene solo, le acompaña su nueva pareja, un chico del que parece no ver el padre con muy buenos ojos de primeras.
A Khim-Hok no le queda otra que confesarle al hijo que su madre ha muerto a la vez que deberá afrontar el hecho de que su esposa ha muerto. Ahora que la ha perdido siente que, pese a las peleas en la convivencia, la quería con todo su ser.
La temática del film es muy abierta, desde las relaciones familiares, la transición y aceptación del duelo, el abandono del vástago del hogar familiar y su regreso y, el tema de la homosexualidad que debe lidiar el padre a la vuelta del hijo con su pareja. En un debate posterior se nos comentó que Taiwán fue en 2019 el primer lugar de Asia que legaliza el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
La cinta presenta un código interno de la cultura taiwanesa, sus formas de hacer y sus ritos como por ejemplo son los origamis de papel que se hacen para la persona difunta o las ofrendas de las comidas que le gustaban. Curiosidades que de no habérnoslas contado en el coloquio, hubiéramos perdido esas referencias de vista.
Escrito por Rodolfo Monserrat
Celuloide con alma 