«El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba» – Salomón
Hoy reseñamos el drama «La fille prodigue» del director francés Jacques Doillon, cinta enmarcada en el ciclo dedicado al actor Michel Piccoli que está proyectando la Filmoteca de Catalunya.
La historia parte de una ruptura matrimonial entre Anne y Jean-Marie. Anne esta pasando por una especie de depresión la cual no nos hace participe de sus motivos, solo sabemos que su deseo es que su esposo se marche del piso que tienen ambos alquilado en París y quedarse sola en él.
La situación no es fácil de manejar, pues Anne esta fuera de razón. Ello es el detonante para que Jean-Marie vaya hasta casa de sus suegros en Deauville (la región la Normandía) a contarles lo sucedido.
Ante tales hechos, a los padres no les queda otra que acercarse a ella y buscar la forma de que supere este trance. Asi es como los padres la van a buscar y la traen hasta el hogar de ellos, una casa graden cerca del mar, donde trataran de que la «niña» se cure.
La madre de Anne tiene otro asunto que resolver, puesto que su hermana esta enferma y también la necesita. Es así como el padre de esta se queda al cargo, pero no antes de descubrir de la boca de su progenitora que su padre tiene una amante.
Parece que debería ser la hija quien contase lo que le sucede y es la madre, que por razones aparentemente reales, decide confesarle a la hija lo de los cuernos de su padre y huir de los problemas.
Llegado a este punto, la curiosidad le puede a Anne, y es así como trata de buscar la forma de conocer a la amante del padre, dándole a este libertad de movimiento y siguiéndole allá donde va. El lugar indicado es una pista de tenis, donde ella juega. Alli Anne la saludará y la invitará a compartir velada con ellos.
En esa cena descubre quien es esa mujer, y el el fondo siente celos. Una mujer le quita protagonista a su hija, igual que antaño lo hizo su hermana con ella, siendo esta desplazada a un segundo plano en la escala de amor de su «papá».
Un buen día le dice a su padre que debe regresar a su apartamento de París, él la regresa sin saber donde va a meterse. Llegados allí y pasado un rato, ella la aborda y comenten incesto. De ese incesto hay un embarazo que el padre no sabrá, pero que acaba por confesarlo la protagonista a cámara cuando va a visitar a su hermana mayor al hospital donde ha dado a luz.
La paradoja es que ella, que esta supuestamente destrozada, acaba por aniquilar a la amante de su padre y de generar una culpabilidad tremenda de la seducción y posterior encamamiento entre padre e hija, dando una moraleja final de que gracias a ese daño provocado, ahora ella es feliz, porque la felicidad está en las pequeñas cosas como la que ahora tiene en su vientre.
A destacar la maestría en la dirección, la complejidad de la trama, la bien lograda histeria de su protagonista, Jane Birkin, la calidad del sonido y de los encuadres que se aplican en cada escena dándole al film un realismo más que auténtico.
Es curioso ver como las tornas se pueden cambiar si alguien es capaz de hacer que sus sentimientos se redirijan hacia sus propios intereses.
Escrito por Rodolfo Monserrat
Celuloide con alma 